Selección Boliviana de Fútbol

Historia compartida de un Antonio Quispe y un Erwin Castedo, ambos campesinos, ambos de diferentes regiones de Bolivia, pueblos que las ciudades olvidaron, un kolla y un camba, para ambos la patria no significaba nada. La patria era el lugar donde habían nacido, que al final lo mismo les daba porque nadie lo había consultado, y era donde ambos se deslomaban trabajando; el kolla en tierras áridas y secas sacándole lo imposible a ese pedazo de terruño; el camba trabajando en la zafra donde el sol secaba su piel, pero tampoco importaba. Hubieran nacido metros mas allá metros más acá, lo mismo daba. Pero cuando en 1993 la selección Boliviana empataba con la selección de Ecuador en terreno ajeno y lograba su clasificación al mundial de Estados Unidos de 1994, ambos sintieron -junto con otros tantos millones- que se les rompía el pecho de orgullo.
“Para la selección Boliviana, ganar la clasificación para el mundial del 94 fue como llegar a la luna” y aun lo es, tenemos en ese mundial el principal recuerdo de que algunos sueños, por muy lejanos que parezcan, pueden hacerse realidad, aun para un país acorralado por la geografía y maltratado por la historia… El recuerdo es tan fabuloso que debemos transformar esta añoranza en ganas para regresar de nuevo al Olimpo del fútbol que son los campeonatos mundiales.
“Ya que fue en 1993 y 1994 donde un pueblo se hizo uno solo bajo una bandera teñida de rojo, amarillo”

1 comentario:

Leonardo Uyuquipa dijo...

Exelente artìculo del futbol biliviano, sin duda solo el futbol nos puede unir tanto a collas y cambas sigue mejorando tù blog..